jueves, 29 de enero de 2015

Un nuevo ejemplo de economía colaborativa.

¡Hola a todos!

Como primera aportación al Blog he encontrado una noticia muy interesante: "Uber crea UberCargo, un servicio de transporte de mercancías".

Por el momento, este nuevo servicio estará solo disponible en Hong Kong y funcionará de modo muy similar a su aplicación madre. En esta ocasión, el usuario podrá pedir una furgoneta que irá al lugar indicado en tan solo unos minutos y, además, pedir ayuda al conductor para la carga y descarga de los bultos.

Con este servicio la compañía norteamericana hace resurgir de nuevo el debate entre la competencia desleal y la facilidad y comodidad para el usuario a un precio módico, característicos de una economía colaborativa.

Esta noticia preocupará sin duda a las empresas tradicionales de transporte, que difícilmente podrán competir con esta nueva modalidad de servicio.

Aquí tenéis el enlace a la noticia. Espero que os guste :)

Uber crea UberCargo

5 comentarios:

  1. A mí Uber siempre me ha provocado sentimientos encontrados: por un lado, como clienta, está claro que miro por mi bolsillo y busco alternativas baratas (más ahora que hemos vuelto a nuestra época de estudiantes...) pero por otro lado, desde el punto de vista del empresario, me pongo en su lugar y comprendo que se trata de competencia desleal y que se ven en fuerte desventaja.

    Quizá en China en general, y Hongo Kong en particular, la normativa a este respecto no sea laxa y se someta a mayor regulación este nuevo servicio de Uber... Sea como fuere, debemos estar expectantes por si se replica en España.

    Un abrazo Marta!

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  2. Belén, me ocurre lo mismo. Como usuaria y potencial clienta de este servicio, me parece una muy buena opción para todos los que buscamos alternativas sencillas y económicas. Pero claro, si nos ponemos en la piel de los empresarios afectados por estos nuevos servicios nos encontramos ante una situación mucho más compleja.

    Veamos como evoluciona en España todo este tema.

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  3. ¡Hola Marta!

    Pues no sé si mi opinión para este tema es demasiado liberal pero considero que políticas de protección de sectores privados no estratégicos para el país no van a implicar progreso económico.

    Asumiendo que ocurrirá lo mismo que en el caso del taxi (Sin seguros, Sin licencias, Sin normativa reguladora del sector) el transporte de mercancías tendrá los mismos problemas PERO, en mi opinión, pretender equiparar mediante la misma normativa servicios prestados por UBER o BlablaCar al sector del taxi o el transporte de mercancías elimina por completo las mejoras de eficiencia de la brillante idea de "economía colaborativa" y las convierte en nuevas empresas de transporte tradicionales. Entiendo que hay que proteger a los damnificados de la noche a la mañana por el cambio, pero a medio o largo plazo los modelos de negocio cuya estructura puede ser más eficiente y no se adapta deben ir desapareciendo.

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  4. El problema de la legalidad podría solucionarse con una regulación adecuada. Lo que me parece muy interesante es la idea de transporte colaborativo. En España a veces da la sensación de que a las pequeñas empresas les cuesta unirse para ganar poder a la hora de contratar servicios, algo que podría proporcionarles bastantes ventajas (como en el caso de la logística). Quizá poco a poco con aplicaciones como esta se vaya perdiendo el miedo y se generalice la colaboración como forma de hacer negocio sin por ello ser menos competitivos,

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  5. Yo opino de forma parecida a Adrián. Considero que el hecho de proteger un sector, como el transporte privado, que no es estratégico para ningún país no hace ningún bien en el sentido de que retrotrae la posibilidad de crecimiento en competitividad de las empresas de ese país.

    Pongamos el ejemplo de Uber en España.

    Antes de que llegase Uber, ¿cuántas aplicaciones móviles existían para solicitar transporte privado en zonas urbanas? ¿en cuántas ciudades? ¿cuáles eran sus prestaciones? etc.

    Seguramente las respuestas a las preguntas vayan en la línea de que había muy pocas o ninguna aplicación y que la mayoría de ellas no llegaban a satisfacer las necesidades del cliente. Lo peor de todo, es que al "ilegalizar" este tipo de iniciativas, las empresas españolas seguirán en su línea y no se verán forzadas a aplicar mejoras, por lo que en realidad, en vez de hacerles un favor, las estás perjudicando.

    Un abrazo

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