lunes, 26 de enero de 2015

Las SECAs y las ECAs: ¿transporte marítimo sostenible?

Hace un par de semanas nos quejábamos de los niveles de contaminación en el aire madrileño. Sin lugar a dudas, podemos afirmar que la contaminación es un problema que nos afecta a todos y que, además, merma nuestra calidad de vida. Cuando hablamos de ello, solemos pensar en coches, autobuses, fábricas… todo ello «objetos» terrestres. De lo que nos cuesta darnos cuenta es de que el transporte marítimo contribuye cada vez más a la contaminación del aire. Y es que las emisiones de los buques pueden viajar cientos de kilómetros y afectar la calidad del aire en tierra.

A modo de ejemplo, un estudio de la Organización Marítima Internacional estima que el transporte marítimo emitió 1 046 millones de toneladas de CO2 en 2007, y se cree que, como consecuencia del aumento de tráfico marítimo, éstas pueden aumentar hasta un 250% en 2050.

Para intentar controlar este grave problema de contaminación, la Comisión Europea definió zonas marinas protegidas en las que se exigen límites de azufre en los combustibles de los buques: las SECAs (Sulphur Emission Control Areas). Asimismo, actualmente se valora la creación de ECAs (Emission Control Areas), más genéricas que las anteriores.

Estas zonas pueden parecer salvavidas ambientales, y parece difícil negarse a su creación. Sin embargo, antes de convertirnos en súper ecologistas tenemos que valorar algunos de sus inconvenientes. Dado que en un blog no se puede hacer un análisis muy extenso citaré aquellos dos que me parecen más interesantes.

En primer lugar, las restricciones de los niveles de azufre obligan al uso de combustibles marinos más destilados, que son mucho más caros. Todos sabemos que a ningún empresario le gusta que aumenten los gastos.

En segundo lugar, cubrir la costa europea con estas zonas puede dañar la competitividad de los puertos europeos. Su implantación podría suponer el desvío de rutas, con la consiguiente pérdida económica (y estratégica) para nuestros puertos.

Creo que se trata de un tema muy interesante y que puede llegar a suscitar bastante debate entre aquellos que estén a favor del respeto medioambiental cueste lo que cueste y aquellos para los que el «dinero» es más importante. ¿Hay alguna solución que pueda beneficiar a todos?



7 comentarios:

  1. Personalmente, creo que se trata de un tema sin duda controvertido. Supongo que por ética o por moral, todo lo que contribuya a no cargarnos el MA es positivo. Pero por otro lado, si me pongo en la piel de un empresario en particular o de un sector de empresas, no puedo evitar pensar en la cantidad de dinero que esto supone... Es un tema complicado. Pero, por otro lado, están los stakeholders, la creciente preocupación de los consumidores por el MA, la reputación...

    Creo que la clave en este caso es seguir apostando por la I+D+i y tratar de encontrar soluciones que sean eficientes. Quizá, de este modo, se llegue al punto medio en el que todos pudiéramos estar contentos.

    Muy buena aportación Clara :)

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  2. Esta claro que el asunto de la contaminación un tema que da para mucha reflexión, como bien comentas en el artículo.

    Es muy difícil que los empresarios lleguen a tener esto en cuenta porque la mayoría sólo son capaces de pensar en coste y beneficio a corto y medio plazo. Y los costes de abusar del medio ambiente, saltándose los límites de contaminación o no teniendo en cuenta los principios del protocolo de Kyoto (y ya no diciendo las leyes en materia medioambiental de la UE o de cada país), son costes que se pagarán a largo plazo.

    Puede sonar un poco "sucio", pero puede que la única manera de conseguir llegar a los empresarios con el mensaje de concienciación medioambiental sea tocar la fibra emocional o moral (el típico mensaje "qué mundo heredaran nuestros hijos").

    De cualquier forma, no es una cuestión sencilla y me parece genial que nos recuerdes la problemática que conlleva.

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    1. Pues no lo veo sucio... ¡lo veo difícil! Pero creo que podría funcionar... A mí me parece muy buena tu propuesta: el empresario, además de empresario, es persona :)

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  3. Muy buena aportación Clara. En mi opinión, hay que forzar al empresario para que invierta en I+D+i y encuentre soluciones para que no se contamine tanto. A corto plazo, es fastidioso para el empresario pero a largo plazo es la solución para todos.

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  4. ¡Hola chicos! Me interesa bastante este tema y he escrito un comentario a ver qué os parece mi teoría...
    El principal problema es como bien has dicho el peligro de fuga de carbono que puede sufrir la Unión Europea, ¡pero es el precio que hemos decidido pagar por liderar la lucha contra el cambio climático! La solución no puede ser no poner medidas para reducir las emisiones por miedo a perder competitividad, porque el calentamiento global es algo que está pasando YA y que es irrevocable, así que cuanto más se retrasen las medidas, peores consecuencias tendremos que soportar en un futuro no tan lejano.
    Es por esto mismo que la Unión Europea ha estado, desde la firma del Protocolo de Kioto, intentando animar a los Estados Parte de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, a que tomen medidas para reducir las emisiones de CO2 . Sin embargo, hay países que se resisten precisamente por no verse perjudicadas económicamente, porque lo que está claro es que ser respetuoso con el medio ambiente cuesta dinero.
    A pesar de ello, la UE decidió dar ejemplo e incluso adelantarse al primer periodo de Kioto, implantando el primer régimen de comercio de derechos de emisión efectivo para sus Estados miembros en 2005. Este régimen fue el detonante de este riesgo de fuga de carbono que tienen muchos sectores en la UE, aunque se suavizaron las exigencias para estos sectores para intentar mitigarlo. Aun así, es cierto que las empresas europeas se encuentran en desventaja económica hoy por hoy, pero como conjunto de países desarrollados, en mi opinión, es lo que deben hacer. La crítica habría que hacérsela a EEUU que tiene un comportamiento más parecido a un país como China en vez de dar ejemplo como Europa.
    En fin, me gustaría recalcar el hecho de que la UE se adelantara al PK, y fuese la primera en implantar un comercio de CO2 efectivo y sea quién proponga porcentajes de reducción más exigentes en cada reunión de las Partes. Esto demuestra que se ha ganado la posición de líder en la lucha contra el cambio climático. Pero si es tan caro, ¿por qué?
    Está claro que esto le puede dar igual a un empresario individual, pero nos olvidamos de que el cambio climático es un hecho, y cuando empecemos a sufrir realmente las consecuencias, ¿cuáles serán las empresas que tendrán maquinaria eficiente acondicionadas para producir sin emitir CO2? El PK lo firmaron 157 países, y ahora este número ha aumentado… Casi todos los países forman parte de la Convención de la ONU, cuyo único fin es frenar el calentamiento global reduciendo las emisiones, es decir, es una preocupación que comparte toda la comunidad internacional.
    Sin embargo, mientras la mayor parte del mundo esquiva el problema y se preocupa por producir HOY, la UE está invirtiendo en un plan estratégico a largo plazo, que evitará unas consecuencias inminentes, y que la situará en una posición de liderazgo en un futuro próximo. Cuando no haya vuelta atrás, será la UE quién dispondrá de la maquinaria y del know how necesario para producir en condiciones de respeto al medio ambiente, y el resto de países se verán, en cierto modo, dependientes de ella.
    Por lo tanto, en mi opinión, a pesar de tener que pagar un coste mayor HOY, la inversión que estamos haciendo es por supuesto rentable en términos ambientales pero también lo será económicamente.

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    1. Perdona que haya tardado tanto tiempo el contestar. Me parece que tienes toda la razón, el único problema es ver cómo se transmite a quienes no están convencidos de ello la necesidad de luchar hoy por el medioambiente.

      ¡Muchas gracias, Irene!

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