martes, 10 de febrero de 2015

La navegación lenta en el transporte marítimo


¡Buenos días a todos!

Voy a hablaros sobre un concepto empleado en el transporte marítimo de mercancías que se conoce como "navegación lenta". Se trata de una práctica que emplean las empresas navieras por la cual sus barcos se desplazan a una velocidad inferior a la media para la que fueron construidos. Así, por ejemplo, barcos diseñados para navegar a 24 ó 25 nudos lo hacen a solamente 17. El motivo de esto es el ahorro de combustible y empezó a practicarse sobre todo a partir de 2011, cuando éste experimentó una gran subida.


Además, otro de los efectos que ha tenido esta práctica es que ha permitido a las navieras dar salida al excedente de buques. Se ha estimado, que de no haberse puesto en marcha la navegación lenta, los barcos utilizados actualmente entre Asia y Europa no serían 250, sino una cifra cercana a los 180, aproximadamente los mismos que en 2009.

Otro concepto importante a tener en cuenta para entender esta práctica es el "lay-up", que hace referencia a las embarcaciones ociosas, que no están vinculadas a un servicio en un plazo de 14 o más días. Debido a la navegación lenta, el lay-up se ha reducido significativamente, ya que si en 2008, aproximadamente el 10% de la flota total se encontraba amarrada, esta cifra se redujo en 2014 al 3%. Sin embargo, según varios informes, las compañías navieras prefieren mantener navegando sus buques en vez de mantenerlos inactivos, incluso si el transporte de la carga no llega a compensar totalmente los costes. Es más, aunque la técnica de la navegación lenta surgió para minimizar el gasto de combustible y ha supuesto un ahorro considerable durante la crisis económica, muchas compañías siguen perdiendo dinero pese a emplearla.

Con la caída del precio del petróleo hace unos meses, pareció lógico pensar que las compañías navieras abandonarían la práctica de la velocidad lenta, pero según otro estudio de Drewry realizado en octubre, la gran mayoría de las empresas decidieron no aumentar su velocidad o hacerlo de forma muy testimonial. Por ejemplo, si en diciembre de 2014 la velocidad media era de 17,8 nudos, en enero de 2015 fue de 18,5, lo que supone un incremento de menos del 4%, y manteniéndose muy por debajo de los 24 ó 25 nudos para los que están diseñados los buques. Si tenemos en cuenta que el precio del combustible marítimo ha descendido un 50% en 6 meses, esto podría parece a priori una gran ventaja económica para las navieras. Pero también hay que tener en cuenta que debido a la reciente normativa de la Unión Europea para el control de emisiones de azufre que obliga a instalar depuradoras de gases de escape o utilizar gas natural licuado como combustible, muchos armadores han optado por el gas oil o el diesel oil como combustibles alternativos, que son un 55% más caros, lo que no se traduce en tantos beneficios como cabría esperar. Además, el descenso del precio del petróleo también ha supuesto un aumento del transporte por carretera, lo que va en detrimento del sector marítimo.


Como conclusión, decir que pese a que la bajada del precio del combustible hace viable un aumento de la velocidad de los buques de carga, las grandes compañías navieras no parecen tener ningún interés en ello, al haber encontrado en la navegación lenta una buena manera de ahorrar costes y dar salida a sus barcos ociosos, pese a no navegar a pleno rendimiento.

3 comentarios:

  1. Puede que las empresas hayan determinado que es una práctica habitual en el sector, de modo que se ha terminado traduciendo en un estándar. Creo que la clave pasa por pensar... ¿qué sucedería si alguna empresa se desmarcase de las demás y decidiera aumentar la velocidad? ¿Sería tenido en cuenta, en tanto que reduciría los tiempos de los envíos, lo cual siempre es apreciado?

    Me alegra ver que no soy la única que ha decidido reducir de 120 a 110 en la autopista, viendo que el consumo del coche se reduce un montón... jajaja

    Un abrazo Gon.

    ResponderEliminar
  2. Muy interesante, especialmente la parte de cómo la caída del precio del combustible ha traído consecuencias negativas para las navieras por el incremento del transporte en carretera.

    ResponderEliminar
  3. La navegación lenta es una buena forma de ahorro de combustible pero también perjudica el servicio que se ofrece a importadores y exportadores. A no ser que este ahorro de costes en combustible también se vea reflejado en el precio del servicio… De no ser así, seguramente otros medios de transporte se verá favorecido por la reducción de competitividad del marítimo…
    Saludos!

    ResponderEliminar